Las tradiciones, el código ético y las normas de conducta del Budo y consecuentemente todas las Artes Japonesas, sean marciales o no, tienen una historia de cientos de años. Uno de los aspectos más importante de su herencia se centra en el maestro y en las responsabilidades que asume cómo tal.
Una anécdota histórica relata una gran batalla marina librada hace cientos de años, en la que dos poderosas embarcaciones de guerra se enfrentaron. Una densa neblina las envolvió, pero el capitán de una de ellas poseía un “Shi-nan” o compás marino elaborado con un trozo de meteorito magnético, gracias al cuál logró salir de la neblina y vencer al enemigo.
La palabra “Shi-nan” se aplicó después al maestro, ya que es quién muestra el camino o los puntos que llevan hacia la dirección correcta. De aquí nace el significado del símbolo utilizado. Las responsabilidades de un instructor de Karate convergen en un compás que, primero, dirige a sus alumnos en la dirección correcta; segundo, se gana el respeto y la confianza de sus estudiantes dando el ejemplo con el mejor carácter y conducta posibles; tercero, con base en una lucha y entrenamiento constantes para mejorar su propio nivel técnico, se mantiene siempre al frente del desarrollo de sus estudiantes y por lo tanto sigue mostrándoles el camino a seguir. Por último, el análisis cuidadoso que realiza de las condiciones físicas, mentales y sicológicas de cada uno de sus alumnos, le permiten guiarlos hacia la dirección más adecuada para el desarrollo.
Cómo Instructor, entrenador y maestro, la comprensión del símbolo del compás indica el compromiso personal y la dedicación a las normas más elevadas del Karate-Do Tradicional.
Texto extraído del Manual del Entrenador Por: Hidetaka Nishiyama ITKF