El saludo realizado en Karate-Do nada tiene que ver con el saludo clásico del pueblo japonés. En el saludo cotidiano ó en aquél que intercambian huésped y anfitrión japonés durante una fiesta, por ejemplo, se estima que quién más se inclina es más atento o amable en su comportamiento social.
El reigisaho o etiqueta del Karate-Do es una serie de reglas adoptadas en la práctica del arte desde sus remotos orígenes, cuándo fue transformado de un sistema para matar rápidamente a un enemigo, a un arte de perfeccionamiento físico, mental, espiritual y moral. Esta etiqueta cumple con 3 preceptos: 1) sinceridad y respeto hacia los maestros y oponentes; 2) cortesía, humildad y auto-educación y 3) permanente atención. La larga tradición de cortesía, con el dominio sobre si mismo como forma de educarse a diario, es otro de los aspectos que hacen que el Karate-Do vaya más allá de ser un deporte de combate. El respeto riguroso de éste etiqueta debe ser exigido por el instructor y cumplido por el alumno, quién no debe pensar que es sólo una costumbre. Los maestros japoneses que observan a un karateka occidental realizar un saludo incorrecto, piensan que además de su técnica (cómo su saludo) es superficial y que ese practicante nunca buscará el sentido profundo de lo que realice.
Ritsu-rei: Es el saludo de pie. Desde la posición natural (shizen-tai) el karateka, con el cuerpo recto, las manos con los dedos juntos y los brazos extendidos a los costados de los muslos, coloca los pies en mosubi-dachi, postura con los talones juntos y los dedos apuntando hacia fuera. Luego, inclina el tronco levemente y es aquí dónde radica uno de los aspectos fundamentales: los ojos deben observar atentamente al oponente (real en Kumite, imaginario en Kata) en línea recta por lo menos a nivel del pecho.
Esta es una actitud típica de Karate-Do y de todas las artes marciales: respeto y cortesía hacia el oponente, pero también atención ante su posible ataque. Ahora el tronco y la cabeza vuelven a la posición inicial. Esto en lo que respecta al saludo en sí mismo. En la competencia ó en el examen, tanto para Kata cómo Kumite, el saludo se continúa con la toma de la posición Yoi o postura de atención.
Luego del saludo, se separa el pie izquierdo primero y luego del derecho (posición hachiji-dachi, pies apuntando hacia fuera y separados el ancho de cadera, con el peso corporal distribuido equitativamente en ambas piernas). Al mismo tiempo, se cruzan ambas manos cerrando los puños, como efectuándose doble gedan-barai. En Yoi, se mantiene el tronco recto con los hombros bajos, estando el karateka equilibrado, relajado y atento. Con los ojos mirando al frente, debe mantenerse la zona del Saika-tandem plena de potencia, la boca cerrada y la respiración suave y pausada. Lo más importante de entender que hay que estar natural, capaz de reaccionar inmediatamente.
Za-rei: Es el saludo desde seiza. En entrenamientos especiales, los karatekas ejecutan técnicas a partir de la posición de seiza (sentados sobre los talones). En el saludo previo, se apoyan las palmas de las manos en el suelo, frente a las rodillas, los dedos apuntando hacia adentro y sin despegar los glúteos de los talones se inclina el tronco levemente, también observando agudamente al adversario cómo en Ritsu-rei.